jueves, 28 de agosto de 2008

picnic!


(seguí las pistas)

pista V



pista IV






miércoles, 27 de agosto de 2008

martes, 26 de agosto de 2008

pista II




pista I


1 pasto
2 espacito (los últimos 30')
3 granjero
4 otro
5 de a poco



1 pasto
2 espacito
3 granjero
4 de a poco
5 otro


1-de a poco
2-ejemplo a metro 3
3-otro tendal

acá faltan temas

4-ejemplo a metro 2
5-pasto
6-granjero solo



.....



tomó el trencitoy se perdió
(espacio vacío?)
las ranaspor la tardese esconden en las piedras
y desde ahíme cantan bajo esta canción
se ríendicen que soy yo
marta desde su sillónme dice a mí
será cuestión de ser feliz


de a ratossaltan toros

hasta cuandome abrazará tanto calor
parece que me lleva el sol

me viene bien

será cuestión de ser feliz


jueves, 21 de agosto de 2008

Inés

A Ine más que leer y escribir cuentos le gusta contarlos y escucharlos. Lo mismo los poemas.
Le encanta en voz alta.
Y hay que ver lo bien que lo hace, sus manos, su cuerpo, sus ojos.
Sobre todo si es de reír.
También es muy sutil dibujando y pintando. Piensa, se detiene, quiere que le salga como lo está pensando, busca y elige los colores, las formas.
Una genia.
(Ine hace muy poquito cumplió 8 años)


Algunos cuentos y poemas de El libro de las maravillas:









La: Caperuza
De: Caperucita


Había una vez una nena que vivía en el pueblo de Pringles. La bella niña vivía con su mamá. Una vez su mamá le dijo: –Llevá esto a tu abuela. De repente encontró una caperuza blanca y un poco de pintura roja entonces la pintó y apareció un extraterrestre con su mascota el lobo que se llamaba Feroz. Y después hicieron una fiesta con todas las personas del pueblo. Caperucita agarró la capa y tubo superpoderes. Fin


El señor Pepino y el volcán

Había una vez un señor muuuy torpe que era tan torpe que un día se metió en un volcán que estaba comiendo panchos. El volcán era un bebé e hizo un provechito y la mamá se desmayó y el hijo llamó al doctor y el doctor se murió. Finsitol totl.







piropo

ayer pasé por tu casa
y me tiraste con una almohadita
cada vez que me duermo
saltó de la camita



poema

en un naranjo hay una naranja
y en esa naranja hay
otra naranja
y en esa naranja hay una sorpresita chiquita
como una hormiguita
después creció un montón
adentro había
un libro






lindo

.
.


Este chico compone unos temas hermosos, y escribe unos poemas igual de bellos.
Es una lástima que los muestre poco.
el video de pasto se puede ver acá.
y el de neliz acá:
y algunos de sus poemas en http://www.ninioeclaireur.blogspot.com/




martes, 19 de agosto de 2008

plum

Buscando imágenes de ciruelos y ciruelas, enontré esta, de un libro de poemas infantiles, Plum, de Tony Mitton. No sabía ni del libro ni del autor.

Algunas de las cosas que encontré:
Tony Mitton nació en África del Norte. Estudió en la Universidad de Cambridge, fue maestro y escribió varios libros. Plum fue su primer libro. Las ilustraciones son de Mary Grand Pre.
A ver si encuentro algún poema...

martes, 12 de agosto de 2008

Bruno


A Bruno no le dejaban ver la peli de Sweeny Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet. Y moría de ganas de verla. Entonces escribió este libro. Probablemente para desquitarse, para sacarse las ganas de violencia, para demostrar que podía.
Cuatro cuentos sobre distintos barberos, cada uno con su propio estilo. Y la imperdible introducción/conclusión de Sweeny.

De película.

(Bruno tiene 10)











CUENTOS DE UN BARBERO SANGUINARIO
Para mayores de 18 años



Primer cuento

Un muerto vivo

Había una vez un barbero que vivía en Paris (Francia) se llamaba: Legmet Mogat’s. Pero el no era un barbero común. A no él mataba a sus clientes cortándoles el cuello y luego se los comía.
El vivía muy cerca de la torre Eiffel.
Una vez se fue a afeitar un hombre muy adinerado que le dio 400 euros para que lo afeitara tremendamente bien.
El barbero aceptó. Una hora después estaba comiendo el cerebro del adinerado exclamando a cada rato: -¡Que rico!-.
Del cuerpo sólo quedaron los huesos.
Dos días después encontraron al barbero muerto con un hueso de un codo muy afilado clavado en el medio del cerebro.
El hueso pertenecía a Mouge Dogmat. Un adinerado intrépido que lo último que dijo fue:-Aféiteme bien al ras, señor barbero-.





Segundo cuento

El extraño caso de Johny Corellio.

Había una vez un hombre llamado Johny Corellio.
Él era ingles pero vivía en Suecia.
Él era una persona alta y delgada: de cabello rubio y ojos celestes.
Tenía una barba larga y espesa de cabello ondulado.
Un día fue a afeitarse a un tal barbero muy popular que vivía arriba de una carnicería.
Se llamaba Charly Mikenson y decían que te afeitaba muy bien y era muy barato.
Además él tenía que cambiarse un poco la cara porque lo habían acusado de soborno, extorsión, trabajos con la mafia, etc.
Cuando se fue a afeitar, Mikenson lo esperaba con la navaja en la mano.
Le puso una toalla para sostener los pelos que se le caían de la barba.
Pero en realidad la toalla servía para evitar que el traje se manchara de sangre porque Mikenson quería quedarse con el traje; después de tajarlo por el cuello y mancharse las manos de sangre se quedó con la elegante prenda.
El hijo de un actor llamado Michel Tuvai lo viera asesinando a Corellio fue y le contó al padre que pensando que era una broma le pegó una cachetada.
Cincuenta años después el chico encontró al viejo barbero re-débil; el barbero tenía 90 años. El niño tenía 59 años.
El hombre tenía una gran diferencia de edad con el barbero.
Así que aprovechó y le dio un tiro.
.
.
.
.
Si quieren leer más, no desesperen.
Pronto saldrán a la venta los libros de Male, Bruno e Ine!

Próximos cuentos y poemas: Inés Iannicelli




domingo, 10 de agosto de 2008

la selva

el camino.

carolina. quería galletitas.

en kayac sobre el yabotí.

los saltos del moconá,
el que todo lo traga.

remolino.

plantita hermosa.

puente hacia la cascada.


sendero desde el refugio hasta la orilla del yabotí.


gendarmería.


vista desde gendarmería,
donde el yabotí se junta con el uruguay.
(el yabotí es el que no se ve)
ahí llegamos remando.

la selva.






Había luz eléctrica de 6 a 11 pm. A a la noche plena oscuridad. Ni una sola luz. Ni una. Las estrellas y la luna, si no estaba nublado.
Hacer pis al lado de la carpa daba miedo.
A la mañana las urracas, que cantaban de mil maneras distintas. Pensabas que afuera estaban todos los pájaros de la selva. Todos juntos alrededor de la carpa.
Un sendero de 8 kilómetros poco transitado. La posibilidad, remota pero posible, de que el yaguareté te esté persiguiendo, a pocos metros, y no lo veas. El yaguareté viéndote.
Una vez una estampida de tapires.
Suele cazar al amanecer y al atardecer.
A esa hora salimos a recorrer el sendero.
Los monos que se cruzan de un lado a otro. Te miran. A ver qué sos. Se asustan. Saltan de árbol en árbol. Escuchás el aterrizaje. Y los silbidos. Los ves desde lejos. Uno distraído que se rasca sobre una palmera, en seguida se da cuenta.
El moconá que todo lo traga, y a los tres días te devuelve.
Esperar a que te lo devuelva.